miércoles, 13 de febrero de 2008

HOMENAJE A ALKOR

Ayer encontré a Alkor.

Desde el primer momento que entró en nuestras vidas, nos dimos cuenta que era un espíritu libre y así lo respetamos. A parte de sus paseos rutinarios, siempre sacábamos tiempo para llevarle al campo donde era FELIZ.

Le encontramos vagando con 2 meses y medio y para evitarle una muerte segura en cualquier carretera, decidimos quedárnoslo... hace 5 años.

Esta vez no ha sido posible.

A pesar de haberse despistado por primera vez de nosotros durante nuestro paseo, ya había encontrado el camino a casa... si hubiera podido cruzar la carretera donde le encontré. Ya había encontrado el camino de vuelta.

Nos queda el consuelo de que murió después de hacer lo que más le gustaba: correr por su querido campo.

En el país donde me crié me inculcaron respeto a los animales; una de las cosas que aquí en el mío propio... deja mucho que desear.

Después de atropellar irremediablemente a mi perro, hubiera sido tan sencillo como... una simple llamada a la guardia civil por ejemplo.

“He visto un perro tirado en la carretera” sin más.

Se habrían ocupado de mandar al servicio de recogida (como finalmente hice yo ayer), habrían leído el código del chip y nos habrían avisado.

Con esa simple llamada habrían evitado parte del dolor por el que tuve que pasar al reconocer a mi ser querido en tales circunstancias ya que no pude estar cerca de él, en su último momento.

La muerte de Alkor fue instantánea por como quedó su cuerpo, un alivio para mi porque me queda el consuelo de que no le abandonaron todavía vivo o con posibilidades de haberle curado.

Mi perro tenía su seguro como obliga la ley y como nos dicta nuestro sentido de la responsabilidad.

Tenemos que intentar cambiar la mentalidad de algunas personas de este país, no tienen porqué amar a los animales yo solo hablo de respeto a un ser vivo.

Desde el lugar donde él ahora está, seguramente en plena naturaleza, sé que con la bondad, paciencia y nobleza que le caracterizaba nos estará observando con sus ojitos color miel que tanto me hablaban sin el don de la palabra.

Gracias por permitirme expresar el dolor que siento, que ya sé por experiencia, se atenuará con el paso de los meses para dar paso al recuerdo espontáneo de los bonitos momentos pasados con él.

Seguid disfrutando de vuestros seres vivos como yo lo sigo haciendo con el resto de mis mascotas. Los 4 le echan también de menos, y me muestran más que nunca su incondicional amor.

MARZO 2007

viernes, 30 de marzo de 2007

respeto a un ser vivo

HOMENAJE A ALKOR

Ayer encontré a Alkor.

Desde el primer momento que entró en nuestras vidas, nos dimos cuenta que era un espíritu libre y así lo respetamos. A parte de sus paseos rutinarios, siempre sacábamos tiempo para llevarle al campo donde era FELIZ.
Le encontramos vagando con 2 meses y medio y para evitarle una muerte segura en cualquier carretera, decidimos quedárnoslo... hace 5 años.

Esta vez no ha sido posible.

A pesar de haberse despistado por primera vez de nosotros durante nuestro paseo, ya había encontrado el camino a casa... si hubiera podido cruzar la carretera donde le encontré. Ya había encontrado el camino de vuelta.

Nos queda el consuelo de que murió después de hacer lo que más le gustaba: correr por su querido campo.

En el país donde me crié me inculcaron respeto a los animales; una de las cosas que aquí en el mío propio... deja mucho que desear.

Después de atropellar irremediablemente a mi perro, hubiera sido tan sencillo como... una simple llamada a la guardia civil por ejemplo.
“He visto un perro tirado en la carretera” sin más.
Se habrían ocupado de mandar al servicio de recogida (como finalmente hice yo ayer), habrían leído el código del chip y nos habrían avisado.
Con esa simple llamada habrían evitado parte del dolor por el que tuve que pasar al reconocer a mi ser querido en tales circunstancias ya que no pude estar cerca de él, en su último momento.

La muerte de Alkor fue instantánea por como quedó su cuerpo, un alivio para mi porque me queda el consuelo de que no le abandonaron todavía vivo o con posibilidades de haberle curado.
Mi perro tenía su seguro como obliga la ley y como nos dicta nuestro sentido de la responsabilidad.

Tenemos que intentar cambiar la mentalidad de algunas personas de este país, no tienen porqué amar a los animales yo solo hablo de respeto a un ser vivo.

Desde el lugar donde él ahora está, seguramente en plena naturaleza, sé que con la bondad, paciencia y nobleza que le caracterizaba nos estará observando con sus ojitos color miel que tanto me hablaban sin el don de la palabra.

Gracias por permitirme expresar el dolor que siento, que ya sé por experiencia, se atenuará con el paso de los meses para dar paso al recuerdo espontáneo de los bonitos momentos pasados con él.

Seguid disfrutando de vuestros seres vivos como yo lo sigo haciendo con el resto de mis mascotas. Los 4 le echan también de menos, y me muestran más que nunca su incondicional amor.

MARZO 2007